Häxan: la brujería a través de los tiempos. Benjamin Christensen (1922)
Häxan es una de esas películas de los albores del cine que aun despierta admiración por su capacidad para extraer de esta nueva técnica artística elementos narrativos y estéticos de gran calado en la historia del séptimo arte. Se trata de un trabajo que combina documental y ficción y que ofrece un recorrido por la historia de la brujería.
Como buena parte del cine mudo, Häxan tiene facetas que pueden resultar chocantes a los espectadores. Para empezar, parece buscar cumplir con un objetivo pedagógico y moral. Christensen traza la historia de la brujería con el fin de denunciar, por un lado, las supersticiones y, por otro, la represión y la censura que produce el miedo a lo desconocido entre los seres humanos.
Esa es la base dialéctica de la película. De esta forma, los diferentes capítulos vienen decorados con una serie de reflexiones e informaciones para el espectador que, tal vez en la actualidad ya no sean tan necesarias. Pero a mi modo de ver, Christensen buscaba, ante todo, divertirse con este trabajo. Es por ello que la mayor parte de la cinta destila un sentido del humor algo burlón que termina por empatizar con el espectador de todas las épocas.
Y esa diversión la encuentra el danés jugando con la puesta en escena, los disfraces, y las secuencias de ficción. Christensen gastó una buena suma de dinero en crear un universo particular con el que sorprender y aterrar al público (no olvidemos que es una película de 1922). Los diablos, las brujas, las escenas de ultratumba, la locura de las monjas, las ancianas preparando pociones diabólicas en casas extrañas… Los efectos que debió causar en el espectador de la época debieron ser muy fuertes.
Y es que Häxan aun mantiene a día de hoy su vigencia a nivel estético. Varios de sus planos, cuidados hasta en el más mínimo detalle, fascinan por su capacidad para sugerir y evocar. Verdaderas perlas que influyeron en algunos directores coetáneos como Dreyer, también muy interesado en el mundo de la brujería y la ultratumba, que plasmó en clásicos como Vampyr o Dies Irae.
Häxan es una curiosa perla del cine mudo indicada para aficionados al cine fantástico o al de terror. Sugerente, perversa e inocente, estéticamente maravillosa y algo frágil en su estructura narrativa, la cinta de Christensen es una de las pioneras de su género.
No conocía “Häxan”, David. Muchas gracias por reseñarla. Otra a las listas de “hay que ver”.
No es la mejor película de la historia, pero es divertida y curiosa 🙂