Se trata de unos de los musicales más importantes de todos los tiempos con una banda sonora que forma parte de la cultura popular del último medio siglo. West Side Story llegó a la gran pantalla en 1961, convirtiéndose en uno de los últimos musicales que triunfarían en todo el mundo. El género languidecía y la obra de Robert Wise y Jerome Robbins fue un soplo de aire fresco, aunque no duraría mucho tiempo… La edad de oro del musical ya había terminado.
El origen de West Side Story está en la obra de Robbins inspirada, por supuesto, en la tragedia shakesperiana Romeo y Julieta. Dicen que en un principio iban a ser católicos y judíos los que se enfrentasen por las calles de Nueva York, pero al final fueron portorriqueños (los Sharks) y descendientes de irlandeses (los Jets). La hermana del cabecilla de los Sharks (Natalie Wood) enamora a uno de los miembros históricos de los Jets (Richard Beymer). El lío está armado. El personaje de Beymer ya estaba fuera de su banda y comenzaba a desarrollar una vida un poco “más madura” al margen de los Jets, pero en una fiesta sus ojos se cruzan con los de Natalie Wood…
Uno de los puntos fuertes de esta película es situar está historia en los bajos fondos del West Side neoyorquino dando protagonismo a los más jóvenes. Eran principios de los años 60, la ola de rebeldía juvenil empezaba a despertar y cintas como West Side Story se convirtieron en películas de culto para la juventud norteamericana. Pasión, amistad, honor… Conceptos intemporales en un espacio muy concreto de la vida de la capital del mundo…
Pero nada de esto hubiese pasado a la historia sin la banda sonora compuesta por Leonard Bernstein. Piezas como Somewhere, María o Tonight y, especialmente, América elevaron West Side Story a la categoría de mito a lo que contribuyó, por supuesto, la coreografía de Jerome Robbins. Junto con Wise dirigieron la cinta, algo habitual en la época de los musicales: un director de estudio y un coreógrafo.
Robert Wise fue uno de los cineastas más versátiles de su época presente en comedias románticas como Cualquier día en cualquier esquina, cintas de boxeo como Marcado por el odio o historias de ciencia ficción (Ultimátum a la Tierra, La amenaza de Andrómeda). Pero Robbins fue el máximo responsable de conducir a West Side Story a la gloria y a los 10 Oscar que se llevó en 1961.