Mientras pensábamos en esta película caímos en la cuenta de que entre sus protagonistas se encuentra James Spader, también presente en Secretary con un papel bastante extravagante y en la mítica Sexo, mentiras y cintas de video (tal vez, uno de los títulos de cine más exitosos de las últimas décadas). Así que la conclusión que podemos sacar es que a Spader le va la marcha. Y a los directores les gusta su extraño semblante.
Crash es una de las películas más controvertidas de David Cronenberg. Aunque hablar de este director es sinónimo de esa clase adjetivos a los que se puede añadir morboso, truculento, sórdido, retorcido, etc. Pero, sobre todo, original. Una película de Cronenberg es una película de Cronenberg, valga la tautología. En cada cinta del director canadiense podemos rastrear sus obsesiones, su estética y su gusto por la complejidad, la ironía y las vísceras.
En Crash se ponía al frente de uno de los elencos más importantes de su carrera: el mencionado Spader, Holly Hunter, Elias Koteas, Deborah Kara Unger y Rosanna Arquette. Cronenberg se inspiró en la novela de J.G. Ballard para construir una historia de sexo y coches de choque (o viceversa). Porque a los participantes de esta historia les ponen los accidentes de automóvil. Cosas peores hemos visto, ¿no?
James Spader se estrella contra el coche de Holly Hunter. Tras salir del hospital y por sorpresa, ambos experimentan una irrefrenable atracción que tiene que consumarse en el acto, valga la redundancia. Tras ese primer encuentro, Spader comenzará a sentirse interesado por este extraño submundo con olor a gasolina y fluidos corporales.
Crash es una película única en la que Cronenberg se desata y muestra todo su lado oscuro. Va muy bien provista de escenas de sexo. Es casi un todos con todos, casi siempre con un coche como escenario. Cinta atractiva, por momentos desagradable, paródica, pero ante todo, insólita. A destacar también, las presencias magnéticas de Deborah Kara Unger y Elias Koteas.