En ocasiones nos encontramos con verdaderas sorpresas agradables en el mundo del cine. Una de ellas ha sido It’s all gone Pete Tong, traducida en España como La leyenda del DJ Frankie Wilde. Estamos en Ibiza, uno de los centros de de la música electrónica mundial (y una de los lugares con más fiestas por metro cuadrado). En Ibiza hay alcalde, suponemos, pero quien manda allí es el DJ. Uno de los disc jockey más reputados es Frankie Wilde, un británico con acento parecido al de Christian Bale, que pone a bailar a todo el mundo con sus sesiones en los principales clubes de la isla.
Wilde vive pendiente de la música, del whisky y de la cocaína. De vez en cuando hace un hueco para su mujer y su hijastro, fruto de la relación de su esposa con un promotor musical… Todo va viento en popa hasta que nota algo raro en el oído…
La leyenda del DJ Frankie Wilde es una película que mezcla falso documental con drama clásico en el que sobresale la figura de su actor protagonista. Impresionante labor la de Paul Kaye, actor londinense con un pequeño papel en Match Point y habitual de muchas series de televisión.
Esta película es un homenaje en todo regla a la música electrónica, especialmente a los sonidos que conquistan Ibiza. Varios DJ como Carl Cox, Tiesto o Lol Hammond hacen pequeñas apariciones. Y, por supuesto, todo el metraje está plagado de ritmos electrónicos. La Leyenda del DJ Frankie Wilde mezcla comedia, un poco de salvajismo (podría formar parte de nuestra lista de borracheras y colocones), con romanticismo, redención y una pequeña dosis de cuento moral. Una cinta interesante y original. Y muy veraniega.