Crítica: “Mud”

“No confíes en el amor. Si no tienes cuidado, te dominará y te destruirá“. Pero Ellis (Tye Sheridan), a pesar del consejo de su padre, tiene ganas de confiar y de enamorarse. Solo tiene 14 años. Justo cuando su vida parece que va a dar un vuelco aparece Mud (Matthew McConaughey), un misterioso personaje que pasa una temporada en un islote del Mississippi… Ellis y su amigo Neckbone traban una relación con Mud al que comienzan a ayudar.

Así se presenta la historia de la tercera película de Jeff Nichols. El director de 34 años ya logró cierta repercusión con su ópera prima Shotgun Stories y especialmente con Take Shelter, su segundo proyecto, que consiguió el Premio FIPRESCI en Cannes y el Premio Especial del Jurado en Gijón. De nuevo, consiguió meter su película en Cannes, esta vez en la sección oficial.

Con poco más de 15 minutos de metraje ya apreciamos la honestidad de la historia que se nos está planteando. Mud está situada en Arkansas, un estado del sur de Estados Unidos donde nació su director. No sabemos si hay algo de autobiográfico en esta película pero se nota que Nichols sabe de lo que habla. Toda la cinta está teñida de este peculiar espíritu del sur de los Estados Unidos que tantas veces hemos visto en el cine o la televisión.

“Los americanos tienen colonizados nuestro subconsciente“, se decía en la película En el curso del tiempo de Wim Wenders. Y esa colonización ha llegado, especialmente, a través del cine. Aunque no hayamos pisado Arkansas ni ningún otro estado del sur, conocemos el estilo de vida y los valores que se defienden en estos territorios de Estados Unidos. Y que tocan el banjo.

En Mud no hay banjos, pero si hay una exposición nítida de algunos elementos básicos de este espíritu del sur: camaradería, honor, nostalgia, trabajo y autosuficiencia. Norteamericanos de pura cepa que con 14 años ya saben lo que es currar, pero aun no han tenido tiempo de enamorarse.

Ellis es el centro de la película. Un chaval que asiste con temor y decepción a la ruptura de la relación de sus padres y a un más que posible cambio de vida. Cuando Mud entra en su vida, se agarra a él como una nueva figura paterna. Un héroe solitario y enamorado que se ha pasado de la raya para defender a su chica de toda la vida. Ellis no puede evitar sentir fascinación por Mud que actúa como válvula de escape ante un panorama familiar que se está complicando.

Si el inicio de la cinta nos recuerda al clásico Grandes Esperanzas, el desarrollo de la historia tiene ciertos paralelismos  con las películas de aventuras juveniles de los 80, como Cuenta Conmigo o, incluso, Los Goonies. Ellis también teme quedarse sin casa como los chavales de Los Goonies. Los jóvenes protagonistas de Mud se enfrentan a lo desconocido en esa isla del Mississippi como River Phoenix y compañía en Cuenta Conmigo. Lo que hace Nichols es eliminar el humor típicamente ochentero de aquellas películas e introducir elementos dramáticos sin perder ese toque de aventuras. Una combinación arriesgada y ambiciosa que a la postre es lo mejor de esta historia.

Mud no es una película extraordinariamente original. Todo lo contrario. Pero Nichols sabe tomar de aquí y de allá para crear una obra cinematográfica notable. Lo logra, también,  gracias a un guión potente, bien estructurado y con pocas fisuras. Las localizaciones y los actores son otro punto fuerte de Mud. Matthew McConaughey parece empeñado en reconducir su carrera y hacernos olvidar sus mediocres comedias románticas. En Mud se mueve con soltura en un papel que se adaptaba muy bien a su estilo. Pronto le veremos en El Lobo de Wall Street de Scorsese o Interstellar de Nolan.

Tampoco nos podemos olvidar de la participación de Reese Witherspoon, otra actriz bastante irregular que aquí cumple en su pequeño papel o el mítico Sam Shepard (Elegidos para la gloria), todo un clásico del cine norteamericano. ¿Y los chavales? Creemos que Tye Sheridan le gana la partida a Jacob Lofland, a pesar de que este último nos recuerda al River Phoenix de Cuenta Conmigo.

Lo mejor: El guión, la combinación de historia de aventuras con drama familiar, el desenlace.

Lo peor: Le falta un punto de originalidad, ¿demasiados “I love you”?