Pierce Brosnan, Catherine Keener, Uma Thurman, Sean Bean, Rosario Dawson, Joe Pantoliano… Todas estas estrellas, más o menos rutilantes, hacían acto de presencia en Percy Jackson y el ladrón del rayo, la primera parte de la saga. Al Mar de los Monstruos ‘no vino ni el Tato’… El hecho de que una película de este tipo no cuente con actores taquilleros no significa necesariamente que sea mala… Y es que la primera no fue gran cosa. Pero hay algo decadente que se percibe en Percy Jackson y el Mar de los Monstruos, una sensación de declive que acompaña todos los elementos de la película, desde la puesta en escena, al guión, pasando por los efectos especiales.
¿Cómo se explica esta decadencia? Por la falta de presupuesto. No tenemos los datos, pero podríamos asegurar que la segunda parte de la saga se fraguó con mucho menos dinero que la primera. Por cierto, en Estados Unidos en 6 semanas ha recaudado 62 millones de dólares, que no está mal, aunque es menos de los mitad de lo que ha recaudado en el mismo periodo Somos los Miller, una comedia con Jennifer Aniston que está siendo todo un pelotazo…
De la dirección de El Mar de los Monstruos se encarga Thor Freudenthal, un cineasta joven con mínima experiencia. Y del guión, Mark Guggenheim, guionista de videojuegos y series de televisión que colaboró en el libreto de Linterna Verde. El veterano Chris Columbus (Aventuras en la gran ciudad, Solo en casa), fue el director de la primera parte… ¿Conclusión? La productora de la franquicia Percy Jackson quería sacarse de en medio esta segunda parte por la vía rápida. Y apostaron por una producción sencilla de menor presupuesto, sin estrellas y sin alardes.
El resultado de este conservadurismo creativo y financiero es una cinta de aventuras muy pobre en su desarrollo narrativo y en su aspecto artístico. Podría pasar por ser el capítulo de una serie de televisión sobre superhéroes. Poco más. Nada en El Mar de los Monstruos tiene encanto. No hay espacio para el misterio, ni para la fascinación. Y eso, en una película de aventuras para adolescentes, es pecado mortal.
Hay que recordar que el personaje Percy Jackson procede de la serie de libros de Rick Riordan. Hollywood entendió que la historia daba para una franquicia y, apoyándose en el descomunal éxito de Harry Potter, se lanzaron a la producción de Percy Jackson. El Ladrón del rayo llegó en 2010. Era una película muy discreta a nivel creativo, pero espectacular desde el punto visual. Pero ya apuntaba problemas que se han agravado en la segunda parte de la saga.
El personaje principal carece de atractivo. No sabemos si es culpa del actor, del guión o del personaje. Pero Percy no mola mucho, para qué nos vamos a engañar. Pero lo peor son sus melifluos compañeros de andanzas. El amigo negro gracioso, no es gracioso, aunque al menos es negro. La chavala tampoco es para tirar cohetes. De esta forma, El Ladrón del rayo funcionaba en la medida en que iban apareciendo brevemente algunas estrellas de Hollywood, hasta llegar a aquel rockero heavy del Hades…
Al Mar de los Monstruos se le añade un cíclope, vejado de forma siniestra por su compañeros en la mayor parte de la historia, y que actúa de forma tan servil que nos recuerda al famoso “Sr. Frodo, Sr. Frodo…” Y no queremos más de eso, gracias.
Pero lo peor de Percy Jackson es que parte de una de las historias mitológicas más sustanciosas y sugerentes: la muerte de Cronos por parte de sus tres hijos, los dioses olímpicos. Pero este mito se desaprovecha por completo. Y es que Percy Jackson: El Mar de los Monstruos camina atropelladamente hacia su final. El único objetivo de esta película es introducir la tercera parte de la saga. No hay más.
Lo Mejor: ¿su valor pedagógico?
Lo Peor: Sensación de decadencia de la saga a todos los niveles. Película de transición aburrida y sin encanto. La productora se la quería quitar de en medio. Los personajes carecen de atractivo.