Vaya por delante que hay veces que uno entra con el pie izquierdo en una película y no logra cogerle el punto en ningún momento. Esto nos pasó con 2 Guns, cinta de acción tarantiniana que ha cosechado críticas bastante positivas desde su estreno en España a finales del pasado mes de septiembre.
La sombra de Quentin Tarantino en el cine estadounidense de las dos últimas décadas es alargada. Con Reservoir Dogs y especialmente Pulp Fiction, el director norteamericano logró establecer un nuevo canon para el cine de acción basado en guiones atractivos de diálogos sugerentes y mordaces, personajes con encanto e historias contemporáneas con raíces en la cinematografía oriental de directores como Seijun Suzuki.
Pero salvando Malditos Bastardos, o más bien el (extraordinario) inicio de Malditos Bastardos, Tarantino no ha logrado mantener el nivel en su trayectoria post Pulp Fiction. A nuestro juicio, por supuesto. Pero los espectadores (y cineastas) más jóvenes se enamoraron de su estilo, al menos algunos de ellos, y buena parte del cine actual bebe, a veces sin medida, de la pose y manera tarantiniana. 2 Guns comienza con un atropellado diálogo en una cafetería que bien pudiera haber formado parte de Reservoir Dogs o Pulp Fiction.
Mark Wahlberg y Denzel Washington se presentan como dos maleantes bravucones de lengua afilada. Planean robar un banco, pero están más preocupados de guiñarle el ojo a la camarera o discutir sobre el desayuno. Y comienzan los títulos de crédito tras una explosión. Entonces nos viene a la cabeza Steven Soderbergh, otro de los renovadores del cine estadounidense de las dos últimas décadas. Soderbergh y Tarantino dirigen los pasos del director Baltasar Kormákur.
El islandés muestra sin pudor sus cartas desde la introducción. Vamos a ver una película de acción contemporánea, con buenos muy listos y despreocupados y malos malísimos. A ello se añade una chica imponente (Paula Patton) y un guión lleno de equívocos que se irán desvelando a medida que avanza la historia.
2 Guns está basada en una novela gráfica. El mundo del cómic es una influencia trascendental en el cine hollywoodiense de la última década. Sin embargo, salvo algunas excepciones, el resultado de las adaptaciones no suele ser muy positivo. Pero lo que importa, en estos casos, es la taquilla, y nadie en Hollywood está dispuesto a moderar y optimizar la producción de esta nueva gallina de los huevos de oro cinematográficos.
Así las cosas, 2 Guns, fiel a sus influencias y a la estética cómic, avanza sin novedad, amalgamando diálogos ágiles, persecuciones, tiros y escotes con algunos toques de thriller. Los personajes de Wahlberg y Washington aspiran a conquistar al espectador con su pose de chicos duros en dificultades. El problema es que, en nuestro caso, no acabamos de empatizar con ninguno de los dos, por razones diferentes. Wahlberg no funciona tan bien cuando se las da de listo y Washington lleva tiempo siendo un poco pesado. Y entonces echamos la mirada a Bill Paxton, notable malo de la peli o Edward James Olmos, traficante mexicano con bastantes malas pulgas. Y bueno, sí, a Paula Patton, también.
Y 2 Guns empieza a desquiciarse en una última media hora demasiado inverosímil (incluso para una peli basada en un cómic), que incluye un surrealista asalto a una base naval y un aburrido (por lo excesivo) tiroteo final.
Dicho todo esto, 2 Guns contentará a algunos fans de Tarantino y a los espectadores que busquen en la sala de cine un divertimento ágil con todos los ingredientes del thriller distendido y el cine de acción actual.
Lo Mejor: Bill Paxton. El coche de Wahlberg.
Lo Peor: La pareja protagonista es taaan molona que resulta poco creíble. La última media hora es de traca.