Crítica de “Insidious 2”, la mejor opción para ir al cine en Halloween

Como ya os habréis dado cuenta, y si no lo habéis hecho ya os lo digo yo, el género de terror es, a pesar de las grandes decepciones que me llevo y de las escasas películas que respeto y rescato de la quema, uno de mis favoritos. La festividad de Halloween es, por supuesto, una excusa perfecta para que la cartelera se llene de películas representantes del mismísimo miedo. Este año me sorprende que la única apuesta en las salas es la de “Insidious 2“. Está también a partir del 31 de octubre la de “Al final todos mueren”, pero no se la puede considerar como una película de miedo y, por tanto, “Insidious 2” se queda sin competencia.

Insidious 2

Pero, ¿sabéis una cosa? NO la necesita. “Insidious 2” es autosuficiente como para ser la película de miedo por excelencia de lo que llevamos de año y de lo que queda. “Expediente Warren“, también de James Wan, lo hizo muy bien, pero el terror en ésta está mejor trabajado y se nota.

Crítica de “Insidious 2” con Patrick Wilson y Rose Byrne

Si no habéis visto “Insidious”, será mejor que paréis de leer aquí. Podéis ir al cine a ver la segunda parte sin problemas: no os lastrará esa “laguna” de información para entenderla, así que no os reprimáis y aprovechad este jueves para asustaros como es debido. Sin embargo, esta crítica contiene relaciones con la primera parte que son ineludibles y que tal vez sea mucho mejor explorarlas por uno mismo. Advertido esto, paso a dar mi opinión sobre los aspectos de “Insidious 2” que más me han llamado la atención.

Insidious 2Si recordamos cómo acabó el primer capítulo, sabemos que la continuación de la historia está un tanto comprometida: Renai había cogido la cámara de fotos con la última imagen que la médium había tomado antes de morir y, de repente, Josh apareció tocándole la espalda. Antes de resolver eso, Wan nos hace esperar un poco y viaja con nosotros al pasado para enseñarnos el momento en el que Elise suprime la habilidad del pequeño Josh como viajero astral por el peligro que conlleva para el niño. Después de los títulos de crédito con esa musiquita espeluznante, pero que le sienta divinamente, ya se retoma la acción por donde se cortó, aunque de una forma un pelín forzada. Acepto que, en lo que mi parecer respecta, no es un buen inicio: la escena antigua chirría como las puertas que abren los espíritus, casi pegada con cola a lo “prólogo”, pero como luego será relevante es importante que la veamos. Supongo que no había otro momento mejor para añadirla en la edición del vídeo. Después esta que los personajes del presenten continúan casi como si nada tras el fallecimiento de Elise y la supuesta fotografía que vio Renai: en ella está la clave para conocer la auténtica identidad de Josh en este segundo capítulo.

“Insidious 2” arranca de forma floja, pero se recupera enseguida y hay pocos espacios de tranquilidad. Los espíritus no se han ido, siguen rondando a la familia Lambert y no tienen nada que ver con la casa. “Insidious” no es una historia de casas encantadas: va de personas, personas con capacidades de abandonar su cuerpo y acercarse sin querer al abismo donde se quedan las almas penantes. James Wan y Leigh Whannell no profundizan en ciertos aspectos que encontraríamos muy interesantes sobre el supuesto plano del más allá que son más propios de la ciencia ficción. Eso lo echo de menos, lo admito, pero me recuerdo que no he ido al cine a pensar, sino a asustarme y la atmósfera que se crea es muy acertada en este caso: es un mundo oscuro, una realidad luctuosa, un paso neblinoso, donde hay confusión, lamentos y mucha, mucha frustración. La fusión de los planos es tan interesante como preocupante, pues los espíritus pueden campar por nuestro mundo, a veces manifestándose, a veces al acecho de nuestro recipiente porque anhelan la vida. Me gusta su concepción.

Esta fusión de planos está representada en “Insidious 2” a través de los sustos y los momentos más tensos. Ahí es cuando vemos cómo se superpone un mundo con otro y lo terrorífico que resulta saber que en la misma habitación, al lado de ti, hay alguien más que no está vivo, del que no te puedes deshacer y del que toda acción resulta impredecible. El gran logro de “Insidious 2” es que te mantiene inquieto. Quizás es fácil adelantarse a los sustos, pero, ay, amigo, eso no te libera de que te quedes pegado a la butaca con los ojos fijos en la pantalla o, si eres de los que sufren mucho, con los ojos fijos en la pantalla pero mirando entre las rendijas de los dedos.

Insidious 2

Sus grandes puntos a favor es el mundo propio que Wan crea basándose en el terror y la estética, ambos nos ayudan a sumergirnos no tanto en el miedo como en la angustia o la intranquilidad. En “Insidious 2” podemos ver más de eso. Aquí ha sido menos convencional, lo cual no es malo porque nos deja ver su arsenal de muñecos terroríficos, un fetiche que viene acompañando al director desde “Saw” casi diez años atrás y con el que no solo me refiero a la suerte de marionetas y figuras que tienen un papel marcado. Hablo, más bien, del pequeño Parker, de las víctimas de la “novia de negro”, etc.

Pero “Insidious 2” también tiene algunos aspectos negativos. Aparte del inicio, hay ciertos momentos dentro de la película que descolocan y fracturan el ambiente creado porque se vuelven como demasiado cándidos, demasiado amorosos, demasiado… realmente no sé describirlo, pero seguro que encontráis la escena discordante. Los instantes de humor aportados por la pareja de cazafantasmas no siempre son aportados, especialmente los golpes que recaen en Tucker.

Para no hacer esto muy largo, solo quiero resaltar que “Insidious 2” es pertinente en la saga que se ha creado. No hacía falta, pero, ya que está hecha, vemos que, al menos, no ha sido en vano. Nos cierra el capítulo, nos deja muy satisfechos como película de miedo y nos prepara con un guiño a la primera para la tercera entrega que todavía no sabemos cuándo llegará ni si James Wan la dirigirá porque dijo que prefería centrarse en otros géneros. Os mantendremos informados.

 

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