Qué bonitas historias nos prodiga el cine de época, ¿verdad? Con el vestuario que nos traslada varios siglos atrás, el amor en un mundo lleno de obstáculos, esos paisajes apenas moldeados por la mano del hombre, el artificioso hablar -o así suele sonar- de los personajes, picardías que a nosotros nos hacen gracia porque las creemos mil veces superadas… El cine de época es, desde luego, un subgénero muy fructífero que mantiene a un público fiel que puede dividirse, más o menos, entre quienes aman los clásicos y quienes aman simplemente la estética de épocas pasadas rayando en el mito de las edades o, como se dice en “Medianoche en París“, considera que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
Da igual si eres de los unos o de los otros. Al ver este artículo de Flavorwire sobre las mejores 50 novelas inglesas del siglo XIX me he dado cuenta de que, si bien no las he leído todas, sí he visto la mayoría de las adaptaciones y ya que en Alucine somos proclives a hacer listas, pues aquí vamos con una más donde mezclamos literatura (casi) victoriana con cine de época.
1. Grandes esperanzas – Charles Dickens
Empezó a publicarse en 1860 y un año después se recogieron los tres volúmenes. Desde entonces, las adaptaciones que ha sufrido (es el verbo más correcto) esta obra de Dickens se pueden contar con las dos manos. En IMDB salen al menos 17 películas y series de televisión que han trabajado con este argumento.
2. Jane Eyre – Charlotte Brontë
Otra de esas historias que no pasan de moda es la de Jane Eyre, esa pobre huérfana que es educada por una cruel tía hasta que se cansa de ella y la manda a un internado. Allí aprende a ser una suerte de maestra y pronto encuentra hueco en una casa importante donde se encuentra el misterioso y perturbado señor Rochester.
3. Middlemarch – George Eliot
Esta obra, a diferencia de sus predecesoras, no cuenta con muchas adaptaciones. Hay una miniserie inglesa (cómo no) protagonizada por Juliet Aubrey, Douglas Hodge, Robert Hardy, Peter Jeffrey, Trevyn McDowell y Rufus Sewell de 1994 y otra algo anterior, de 1968. Parece que pasa sin pena ni gloria por la pantalla, pero no os preocupéis: Sam Mendes y Andrew Davies están preparando una adaptación de la que todavía se desconocen casi todos los detalles.
4. Cumbres borrascosas – Emily Brontë
Hermana de Charlotte, esta otra Brontë también parió uno de esos clasicazos cuyo nombre ya llena la boca de quien lo pronuncia. “Cumbres borrascosas”. El título le adelanta toda la tórrida pasión que hay vertida en esta obra que, en el cine, alcanzó su máximo exponente con la versión de 1939 de William Wyler. Luego se intentó rehacer, pero claro, Wyler lo dejó difícil.
5. Jude el oscuro – Thomas Hardy
Posiblemente una de mis novelas favoritas. Por desgracia o por fortuna solo cuenta con un par de adaptaciones: una miniserie de 6 capítulos de 1971 y otra de 1996. A propósito de los desnudos de Kate Winslet, es aquí, interpretando a la prima Sue, donde exhibe ese hermoso proporcionado cuerpo junto a Christopher Eccleston, el décimo doctor.
6. Historia de dos ciudades – Charles Dickens
Aunque es una de las obras más representativas de Dickens -no tan conocida por todos los que pueden nombrar hasta tres novelas de este autor inglés-, no ha tenido tanta suerte en la historia del cine. Ha dado buenas películas, pero no ha dejado un gran poso en los espectadores y la industria ha visto otras historias más atractivas para llevar a la gran pantalla con las que se ceban.
7. Persuasión – Jane Austen
¿Antes que “Orgullo y prejuicio” o “Sentido y sensibilidad”? Bueno, partimos de una lista literaria en la que la historia, su desarrollo, los personajes, etc., tienen más peso que un dato tan poco significativo como cuántas veces ha sido adaptada o cuánto se conoce. La historia de Anne Elliot es más potente, pero tal vez también más deprimente. De todas formas, ha tenido su fortuna en las producciones para la televisión.
8. El retrato de Dorian Gray – Oscar Wilde
¡Ya tardaba en salir! Dorian Gray es uno de los personajes más importantes de la literatura occidental y, por supuesto, de los más atractivos, tanto por su impecable aspecto de dandy repugnante como por el oscuro magnetismo del personaje. Las adaptaciones del libro de Wilde no han sido muy amables y aún estoy esperando una buena película -o serie, que estamos en la cresta de la ola- que le haga justicia.
9. El corazón de las tinieblas – Joseph Conrad
Otra gran obra de la literatura que en la gran pantalla no ha tenido mucho éxito. Creo que para el 2015 se está preparando una nueva versión, pero, mientras tanto, hay una con John Malkovich y Tim Roth que no está del todo mal. Es una pena que no haya más variedad para ver las diferentes interpretaciones.
10. Sentido y sensibilidad – Jane Austen
Aunque soy un fan incondicional de la historia de las dos hermanas Dashwood, creo que en la lista tiene un puesto demasiado alto (¡Está entre las 10 mejores novelas inglesas del siglo XIX!). Cuando uno se la lee impulsado por la alegre, amena y encantadora adaptación de Emma Thompson y Ang Lee, como fue mi caso, se pega un batacazo. Para empezar, los personajes brillan menos y son más planos entre las páginas. Se nota que es una de las primeras novelitas de esta autora porque el estilo no está desarrollado del todo. Es pulcro y divertido, sí, pero está muy desdibujado. En cualquier caso, es una obra que ha dejado su huella y al público le suele gustar. De hecho, para mayo se estrenará en Estados Unidos una nueva versión de “Sentido y Sensibilidad”.
Y hasta aquí los primeros 10 puestos de esta lista, que no es cuestión de abrumaros con más información de la que podéis retener.
Como veis, los clásicos siempre son un filón a la hora de hacer producciones. Da igual si es para el cine o para la televisión, el caso es recontar la misma historia una y otra vez, pero cada director imprimiendo su toque original. Básicamente lo que llevamos toda la vida haciendo, ¿o no?
Y tú, ¿te gusta ver diferentes adaptaciones o con una ya te vale porque hay muchas pelis (o historias) para ver?
Si te ha gustado el artículo, pásate por este otro donde se comentan los autores más adaptados al cine.