Supongo que más de uno ha sufrido lo mismo que yo: ayer por la noche, haciendo un poco de zapping en la maravillosa TDT a la que le han amputado uno de los canales que más nos interesaban por aquí, me encontré que en Neox empezaba una película que no conocía, “Purgatorio“, de un tal Pau Teixidor. Las primeras escenas de una mudanza captaron mi atención, dado que el tema de la renovación siempre trae consigo una estela de misterio. Sin nada mejor que hacer, detuve la búsqueda de una revelación nocturna y no volví a tocar el mando. ¿Error? Tampoco lo llamaría así.
“Purgatorio” con Oona Chaplin
Oona Chaplin, que ha ganado más visibilidad dentro del mundo del cine gracias a “Juego de Tronos” , tiene ahora una serie de proyectos de los que tiene que responder adecuadamente para que su fama no se quede solo en un nombre que la relaciona con los albores del cine. Por lo pronto, en “Purgatorio” y desde mi punto de vista, no hace justicia a la oportunidad que le brindan. Pau Teixidor es un director novel que presentó este largometraje en el festival de Málaga y tampoco supo muy bien explotar ese recurso que se le presentó en forma de la actriz. Una lástima.
El argumento de la historia es muy simple, un cliché que se dice: una pareja se muda a un apartamento nuevo. El marido debe ausentarse por la noche, ya que en su trabajo lo requieren. Es en ese momento cuando una vecina, a la que intentan vender como alguien sospechoso y de poca confianza, le pide a la joven que se quede con su hijo unas horas. La chica acepta por compromiso, porque, al fin y al cabo, solo es un crío, pero Daniel está entrando en la pubertad y está muy revolucionado. No es fácil ser la niñera de una mente retorcida, pues Daniel empieza a proyectar la fantasía de que no están solos en esa casa, que hay otro niño que quiere hacer cosas malas, pero… ¿y si es verdad lo que cuenta? ¿Por qué se mudó esa pareja, qué tenían que olvidar?
Estamos ante otra historia de fantasmas donde sabemos lo que va a ocurrir paso por paso, el espectador que disfruta del género de suspense puede acertar los diálogos de cada escena y las reacciones de los personajes. Aunque Luis Moreno se ha esforzado por construir un guión sin fisuras, no consigue lo más fundamental y es generar esa sensación de tensión, la semilla del miedo, en quien ve la película. Hay una escena en la que intervienen espejos, velas e invocaciones que me dejó muy frío, tal vez porque es una imagen demasiado gastada y sabemos las dos posibilidades que hay: que pase algo o que no. Sin embargo, a su favor tengo que decir que no hay trampas, no trata al público de imbécil y se aleja un poco de esa línea que presenta los acontecimientos porque sí.
El gran problema de “Purgatorio” es su duración. Al gastar 85, pierde muchos minutos en minucias que no aportan nada. Si se le recorta la mitad e, incluso algo más, se podría presentar algo bonito. Otro problema son esos recursos para alargar ese tiempo y el que más rechina es el uso de la cámara. La cámara es el narrador de cualquier historia del cine, aunque luego haya una voz en off que se atribuya lo que cuenta la historia. Eso da igual. La verdadera narración se hace a través de la cámara y es básico saber eso, porque es una de las cosas que más hay que cuidar. Pau Teixidor parece olvidarlo y mete unos planos muy extraños que no le hacen ningún bien a su película. En un momento dado parece que la propia protagonista se esté grabando a sí misma para subir su sufrimiento a YouTube con uno de esos efectos “divertidos” (solo le falta la música de Benny Hill para rematar la escenita).
Tampoco me gustan los flashbacks explicativos. Si estás siguiendo una tónica en la que el espectador debe adivinar lo que pasa y le ofreces la solución en bandeja, ¡no le des, encima, unos flashbacks! Deja algo para la imaginación, cultiva una pizca de misterio, si, total, no necesitamos saber cómo hace Daniel sus travesuras, sino, simplemente, que las hace. Sergi Méndez, por cierto, me parece que ha estado bien trabajado y diría que casi mejor que su compañera Oona Chaplin.
“Purgatorio” no es mala del todo. Tiene algunos ingredientes que la hacen una opción interesante, pero, desde luego, otros muchos que la lastran y eso es lo que me inclina a ponerle un suspenso si fuera un profesor que tuviera que evaluar ese proyecto. También hay que recordar que Pau Teixidor es un director novel y probablemente mejore. Ya veremos su siguiente película, a ver si subsana los errores de principiante.
¿Qué os ha parecido “Purgatorio” a vosotros? ¿Creéis que en algún momento podría entrar en la lista de las mejores películas de miedo de España?