Lo hacía todo bien. Director de pulso impecable e intérprete de talento sin par, Este fatídico verano para el mundo del cine se cobraba en la jornada de ayer la vida del gran Richard Attenborough. Nombre imprescindible en los últimos 70 años de la historia del séptimo arte, su nombre aparece en los títulos de crédito de casi un centenar de obras, pero para toda una generación (en la que se incluye un servidor) su rostro siempre irá ligado al de John Hammond, el hombre que soñó un parque de dinosaurios en Jurassic Park.
Protagonista de grandes cintas como “La Gran Evasión” o “Doctor Dolittle”, Richard Attenborough también tuvo ocasión de demostrar su talento tras las cámaras, alzándose con el Oscar al Mejor Director gracias a la cinta “Gandhi”, obra merecedora de otros ocho Premios de la Academia.
A sus 90 años (le faltaban 5 días para cumplir los 91) nos deja otra leyenda del cine después de que hace pocos días lo hiciesen Lauren Bacall y Robin Williams. Lo hace con la tranquilidad de haber logrado la inmortalidad que solo el cine puede otorgar. Buen viaje, querido Richard.