Así están las cosas en Estados Unidos, queridos lectores de Alucine.
La actriz Danièle Watts, Coco en “Django desencadenado” y Laura Jackson en la serie “Partners” fue detenida hace unos días porque un vecino cotilla llamó a la policía y supuso que ella, negra en pantalones cortos, tenía que ser una prostituta con un cliente (el chef Brian James Lucas) porque este era blanco y tenía tatuajes. El tipo se montó su propia película (apuesto a que muerto de envidia) y la policía de Los Ángeles actuó sin miramientos. Él se identificó, pero ella, obstinada, se negó porque no había hecho nada malo. Y tenía razón: simplemente mostraba afecto en público al que es su pareja.
De todas formas, fue detenida y esposada. Hay imágenes que han captado la dolorosa frustración de la actriz al ser tratada de una manera tan injusta por algo tan sencillo como los estereotipos o, por ser más claros, su color de piel. Por supuesto, fue liberada momentos después porque no tenían ningún cargo con el que arrestrarla definitivamente. Danièle Watts ha expresado su malestar en las redes sociales y gracias a su trabajo con Tarantino, este caso ha sido especialmente mediático y de interés internacional, pues de otra manera casi nadie se haría eco de las penurias sociales que todavía sufren algunas personas por las mentes cuadradas, esta vez manifestada en este caso: una mujer negra es tomada automáticamente por prostituta. Pero no es una mujer negra cualquiera, tiene un nombre y un apellido que han hecho disparar la sección de noticias de un medio a otro.
Esta acción ha sido, sin duda, digna de la propia película que le ha dado la fama y es inevitable pensar en lo acontecido en Ferguson hace tan solo unas semanas, pero lo peor no es esto, sino todo lo que aún queda. En cualqueir caso, pienso que es un asunto difícil de superar, por más indignación que cause. Y, por cierto, si investigáis, el policía podría tener rasgos hispanos, lo que significa… Lo dejo a vuestra imaginación, queridoas lectores.