A veces la persona que nadie imagina capaz de nada es la que hace cosas que nadie imagina.
Esta frase se repite tres veces a lo largo de la película en boca de tres personajes diferentes, aunque todos ellos con el mismo nexo común: Alan Turing. No es por quitarle la magia, pero decir eso es lo mismo que decir nada. Es una frase demasiado amplia y ambigua como para que alguna vez no acierte… Este arranque de consuelo infantil es perdonable porque “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” es una de esas películas que merece la pena ver.
Con cierto aire de telefilm, muy cuidado, eso sí, porque viene con su sello “british”, y personajes arquetípicos muy marcados, incluso en sus diálogos, esta película ha conseguido, entre otros premios y nominaciones, 5 papeletas para los Globos de Oro: Mejor actor, Mejor actriz de reparto, Mejor banda sonora, Mejor guión y, cómo no, Mejor película. Estos premios son conocidos también por ser la antesala de los Oscar y es posible que estemos ante una película que se lleve más de una codiciada estatuilla.
Sinopsis de “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”
No estaré de acuerdo si se alza con la del guión, aunque tampoco estaré en contra. Graham Moore ha hecho un trabajo muy elegante que se ve correspondido en el departamento de fotografía. Por si acaso queda alguien que no sabe de qué va “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”, aquí va una socorrida y breve sinopsis: los alemanes están ganando la guerra y envían mensajes cifrados que son interceptados, pero no descodificados. Para ello emplean una máquina de escribir especial; la llamada “Enigma”. Nadie puede comprender su mecanismo, así que la Inteligencia británica contrata hombres dotados para descubrir su funcionamiento. Entre ellos está el célebre Alan Turing, interpretado por un soberbio Benedict Cumberbatch. Este episodio histórico tiene relevancia no solo porque con la ayuda de Turing se acortó la guerra y se salvaron vídas, sino porque este héroe fue condenado a la castración química por ser homosexual. Y sí, esta película os llevará a una dolorosa frustración: sabemos que va a acabar mal.
Lo mejor del guión de Moore, para mí, ha sido el tratamiento del equipo encargado de descifrar a Enigma. A pesar de estar en guerra, una situación crítica y temerosa para cualquier nación, no se respira el aire a pólvora, no hay tiros ni explosiones, tampoco qué malos son los alemanes. Este distanciamiento “forzado” por el guión es crucial, creo, para entender cómo Turing y el resto de los cerebritos trabajan a contrarreloj con una presión enorme sobre sus espaldas. De hecho, la película se desarrolla básicamente en interiores y el toque claustrofóbico está muy bien dado. También me ha resultado agradable ver que no se necesita caer en la morbosidad: lo más fuerte que se ve es la pierna amputada de un soldado, pero ya está. Lo mismo para la homosexualidad de Turing: se trata de un modo discreto, sin carnaza que atraiga al público fácil (creo que eso ya lo hace el maravilloso elenco).
Ahora bien, hay otras cosas del guión que, a mi parecer, lo estropean, pero estas ya son más bien para los puntillosos y los que no temen a los spoilers. Moore se mete en el terreno melancólico cuando decide que la máquina que construye Alan ha de llamarse Christopher, como el primer y único amor de nuestro protagonista. Esto no fue así, y aunque es un detalle encantador, está hecho claramente para estimular la sensibilidad. Trampas así no, ¿eh? ¡Así no! Hay otros detalles históricos que se desdibujan o que pierden precisión, pero estamos ante una película, no un documental, y aunque se basa en una historia real, tiene que llenar salas y ganar premios. Incluso en algún momento de “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” se dice que la verdad es relativa.
Los personajes secundarios se desarrollan poco, especialmente los miembros del equipo entre los que se encuentran Matthew Goode como el ajedrecista Hugh Alexander. Allen Leech como Cairncross o Matthew Beard como Peter Hilton. Estos tres criptógrafos, los mejores del país, apenas tienen nada que hacer bajo la enorme sombra de Alan Turing, personaje fascinante por sus excentricidades que solo se toleran por la gran mente que hay detrás. Al final, Benedict Cumberbatch hace tan buen trabajo que el tipo, soberbio, torpe e inadaptado, te acaba cayendo bien. Imposible no pensar en Sherlock Holmes, sobre todo teniendo a su última encarnación justo delante. También recuerda a Sheldon Cooper y a toda esa estela de genios insoportables que están saliendo de debajo de las piedras en la ficción. Y ya que menciono esto, es justo decir que el verdadero Alan Turing no era así. En “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” se han acentuado sus rasgos para tener a otro nerd adorable.
Desde luego, no son los otros criptógrafos los que nos importan y conocerlos un poco mejor habría supuesto más minutos de metraje, algo que habría resentido la película. El papel de Keira Knightley, sin embargo, está más privilegiado que el resto y tiene la oportunidad de lucirse en varias ocasiones. En contra de lo que pensaba, la chica ha estado muy correcta y ha sido una compañera a la altura de Turing, aunque no han podido salvarla de caer en ciertos clichés femeninos.
Queda muy poco más que decir sobre la película. “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” es elegante, sobria y… cruel, tremendamente cruel. No se reboza en el sentimentalismo, pero es que no lo necesita para llegar a la conclusión de que el mundo apesta por las personas que lo habitan. Y el dato escalofriante para cerrar este artículo es que… hasta 1967, en Reino Unido, lugar al que consideramos civilizado, etc, etc., se castigaba a los homosexuales. La guillotina en Francia se siguió usando hasta 1977 y en España el garrote vil hasta 1974. Datos demagógicos, quizás, pero a veces viene bien recordar que no estamos tan avanzados.
Curiosidades sobre “The Imitation Game (Descifrando Enigma)”
https://www.youtube.com/watch?v=S5CjKEFb-sM
En uno de los tráilers de “The Imitation Game (Descifrando Enigma)” es la invitación a una página web. En dicha página, se proponía resolver un crucigrama, creo que este mismo, pero ya se acabó el plazo y no hay nada que hacer. Los encargados de distribuir la película en España podrían haber hecho una edición especial para nosotros, ¿no os parece? Al fin y al cabo, solo tenían que editar una imagen del anuncio como hicieron para la versión original.
“Prestad atención” es la única pista que os daré, a ver si al menos conseguís encontrar la página.
Otra de las curiosidades es que, en la película, Alan Turing diseña un crucigrama para reclutar a ávidos y avispados cerebros que puedan echar una mano con Enigma. ¿Quieres saber si podrías haber ayudado tú? El diario británico “The Telegraph” ha (re)publicado el crucigrama. Está en inglés, pero menos da una piedra. ¿Te ves capaz de intentarlo? Recuerda que tienes 12 minutos para completarlo.