– Jim Carrey: La sonrisa y las muecas de Jim Carrey han hecho de él uno de los cómicos más famosos de las últimas décadas. Ni el drama se le ha resistido a la sonrisa de un actor que siempre ha sido plenamente consciente de las dificultades que podía plantear la vida. La humilde familia de Carrey sufrió un duro revés cuando el padre del actor era despedido de su trabajo. Carrey tenía solo 12 años y una camioneta se convirtió en el hogar de los Carrey. Desde los 15 años el bueno de Jim tuvo que esforzarse en llevar dinero a casa para sacar de la miseria a su familia.
– Sylvester Stallone: Llegar a convertirse en uno de los grandes mitos del cine de acción no es nada fácil. Si no, que se lo pregunten a Sylvester Stallone. Los altibajos en sus primeros años como actor le llevaron incluso a aceptar papeles en el cine erótico, pero ni así logró evitar el hecho de no tener hogar durante muchos meses. En ese tiempo, una terminal de la estación de autobuses de Nueva York se convertiría en el hogar del bueno de Sly.
– Halle Berry: Si hablamos de Halle Berry, automáticamente se nos viene a la mente la imagen de una de las mujeres más atractivas del planeta y una actriz de inconmensurable talento. Lo que no sabíamos es que el camino de la ganadora del Oscar (“Monster´s Ball”) había sido de todo, menos sencillo. Cuando llegó a Nueva York en 1989 para cumplir su sueño de ser actriz, Berry tuvo que dormir en la calle y vivir en un refugio. Dos años después, un papel en “Jungle Fever” cambiaría el destino de Halle Berry.
(Parte I)