Caballero en sus formas y elegante en su estilo. Sin tiempo para superar el golpe de la pérdida de David Bowie, hoy el mundo del cine llora la muerte de Alan Rickman. También a los 69 años y también después de una dura lucha contra el cáncer, la familia del sensacional actor comunicaba a los medios ingleses el fatal desenlace.
Su adusto rostro le sirvió para firmar algunos de los villanos más recordados del cine, como el que ponía en apuros a Bruce Willis en “Jungla de Cristal”. Habrá quien le recuerde por “Sentido y sensibilidad” o por ser el marido de Emma Thompson en la deliciosa “Love Actually”, pero seguro que lo que no olvidará el gran público es a su sobresaliente personaje de Severus Snape en la saga de “Harry Potter”.
Hoy no podemos más que agachar la cabeza y recordar con tristeza a uno de esos actores que tanto nos gustaban. Uno de esos tipos que lo hacía siempre bien. Siempre nos quedarán las decenas de veces que nos cautivó en la gran pantalla este actor inglés de pura cepa. Buen viaje, querido Alan…