Tranquilos. Dadnos un momento antes de empezar a insultarnos. Cualquier que nos conozca un poco, sabrá que en Alucine sentimos una descomunal devoción por este descomunal actor. Hace unas semanas le dedicábamos nuestras líneas a Leonardo DiCapiro. Concretamente, clamábamos por lo que consideramos un Oscar más que merecido para un intérprete que nos ha regalado más de dos décadas de incuantificable talento. ¿Hemos cambiado de opinión? Pues ni si, ni no, sino todo lo contrario.
Si echamos la vista atrás, seguramente resulte imposible encontrar tantos papeles sensacionales seguidos en la carrera de ningún actor a lo largo de estos últimos veinte años. “Titanic”, “Gangs of New York”, “Atrápame si puedes”, “Eal Aviador”, “Diamante de sangre”, “Infiltrados”, “Origen”, “Django desencadenado”, “El lobo de Wall Street”… Así podríamos pasarnos el día entero, porque cada una de las interpretaciones de Leonardo DiCaprio es ha sido absolutamente magistral.
“El Renacido” se ha convertido en la quinta candidatura al Oscar para el enorme actor. Su extremo trabajo en la cinta de Alejandro González Iñárritu parece que le dará el Oscar que tanto tiempo lleva mereciendo. ¿Por qué negárselo entonces? Pues la razón es muy simple. A lo largo de la historia del cine nos hemos encontrado con decenas de grandes estrellas que, inmediatamente después de conseguir la estatuilla, han pasado a una fase de relax en sus carreras. Nicole Kidman, Al Pacino, René Zellweger, Michael Douglas, Forrest Whitaker, Kevin Costner (como director en este caso)… Los ejemplos son demasiado numerosos. El hecho de llevarse la estatuilla se convertía en una liberación para muchos, pasado a firmar trabajos casi mediocres.
En el otro lado de la moneda nos encontramos a Cary Grant, Peter O´Toole, Orson Welles, Kirk Douglas, Charles Chaplin… Todos ellos veían como la Academia pasaba por alto sus trabajos en repetidas ocasiones. El resultado sería un puñado de las carreras más asombrosas de la historia del cine y montones de trabajos sublimes. Una regularidad que, de ganar el Oscar, tememos que desaparezca en Leonardo DiCaprio. ¿No será mejor que se quede sin Oscar y que lo siga buscando?