La evolución de las tecnologías está siendo implacable. Los tiempos en los que nos acercábamos a nuestro videoclub para alquilar las últimas novedades en VHS han pasado a formar parte de la historia. Solo la nostalgia y el coleccionismo permiten la existencia de la cinta Betamax que tantas alegrías nos dio a los cinéfilos.
Se acabó de forma definitiva. La última empresa del mundo en la que se fabricaban reproductores de VHS ha cerrado sus puertas. Desde que Funai se fundase en suelo japonés allá por 1961, la compañía llegaba a facturar más de 15 millones de aparatos al año. Los años 80 y 90 se convertían en el escenario del gran apogeo de una empresa que, a día de hoy, venía facturando menos de 750.000 reproductores al año.
Pero no solo la escasa demanda ha tenido la culpa de que Funai cierre sus puertas. Lo cierto es que los componentes necesarios para el diseño de los reproductores de VHS han desaparecido prácticamente. Al menos les queda la satisfacción de ver como ese verdugo que fue el DVD sucumbe ante el empuje del Blu-Ray. Adiós al mundo analógico…