Al final pasó lo que tenía que pasar. Tras firmar una sexta temporada absolutamente brillante, la noche de los Emmy volvía a coronar a “Juego de Tronos” como la gran triunfadora. Era de esperar, ya que la exitosa ficción de la HBO venía de dar un inmenso salto de calidad con diez capítulos descomunales. Si la quinta temporada había logrado el galardón a Mejor Serie dramática con un nivel inferior, los premios más prestigiosos de la televisión no podían menos que rendirse ante un fenómeno de dimensiones épicas.
Mejor serie de drama, mejor dirección en drama por “La batalla de los bastardos” y mejor guión por el inolvidable capítulo. Con ese botín y los premios en categorías técnicas, “Juego de Tronos” se convertía en la serie con más premios Emmy de toda la historia. Ni más ni menos que 38 galardones suma ya la serie, imponiéndose a los 37 del récord que ostentaba “Frasier”.
¿Qué es lo mejor de todo esto? Pues que las dos temporadas que todavía restan para terminar “Juego de Tronos” prometen ser las mejores de cuantas hemos visto hasta el momento, osea que el récord de premios promete seguir engordando.