Se han metido en un buen lío. Tanto la pasada temporada de premios, como la que se nos viene encima esperaban, con notable ilusión, la llegada de “Snowden”. Oliver Stone decidía lanzarse de lleno a un nuevo proyecto de esos que retratan las miserias americanas y que tanto éxito le dieron gracias a “Platton”, “J.F.K.” o “Nacido el cuatro de julio”. Para ello tiraba de una de las figuras más polémicas de la historia moderna de Estados Unidos: Edward Snowden. Lo que pasa es que algo no iba bien, ya que el estreno previsto para finales de 2015 se demoraba durante casi un año.
Basada en el libro “The Snowden files. The inside story of the world’s most wanted man” escrito por Luke Harding, y en un libro escrito por Anatoly Kucherena, el abogado ruso de Edward Snowden, la cinta narra los acontecimientos que acompañaron la publicación por parte del diario The Guardian de los documentos clasificados que aportó Edward Snowden sobre el programa de vigilancia mundial secreto de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) en 2013.
Con una inversión de 40 millones de dólares y serias aspiraciones a los Oscar, “Snowden” se presentaba en las taquillas americanas. ¿El resultado? Pues una acogida más bien tibia por parte de la crítica (60% de valoraciones positivas) y un enorme palo por parte del público. Con ocho millones se saldaba el primer fin de semana de exhibición de “Snowden”, lo que arroja unas perspectivas poco halagüeñas para el filme. De confirmarse las previsiones, la cinta no alcanzará los 20 millones de dólares en Estados Unidos, el país que debía aportar la mayor parte de sus ingresos . La cosa pinta mal para Oliver Stone y su equipo…