Lo que nos va a ofrecer Rogue One: Una historia de Star Wars es algo muy distinto a cualquier cosa que hayamos visto anteriormente. Desde que Disney diese luz verde al proyecto, este primer spin-off intergaláctico era abordado como una extravagancia dentro de la saga creada por George Lucas. La primera película ajena a los capítulos oficiales tiene muy buena pinta, ya que los avances no dejan de demostrar que nos cercaremos al universo galáctico desde un punto de vista innovador. Pero las sorpresas no dejan de multiplicarse.
La pequeña aparición de Darth Vader en el filme había acaparado gran parte de nuestra atención en lo referente a los villanos. Sin embargo, el rol principal en este sentido será de Ben Mendhelson y su enigmático Director Orson Krennic.
“Orson Krennic se enorgullece de ser capaz de abrirse camino a través de la manipulación o de cualquier otro plan diabólico del que pueda hacer uso. También tiene la capacidad de permanecer en su sitio incluso cuando le están golpeando y puede cambiar de rumbo en medio de los contratiempos. Esto, combinado con su innata volatilidad, le convierte en otro tipo de villano muy diferente a los que hemos visto hasta ahora”. Así se presenta un personaje que no será un Sith o un Jedi caído, como viene siendo habitual. En esta ocasión nos enfrentaremos a un mentiroso y un manipulador. El lado oscuro estará bien representado.