Nota: 4
Cada año, la industria del cine nos deja una larga nómina de éxitos, pero también una lista no menos extensa de fracasos. Pese a que todo apuntaba a que Warcraft: El origen sería la gran damnificada del año, lo cierto es que el mercado chino venía a salvar una cinta que se había convertido en un quebradero de cabeza para la gente de Universal. Así, la patata caliente pasaba a manos de un Steven Spielberg que se enfrenta al mayor fracaso de su carrera con Mi amigo el gigante. Lo que no nos esperábamos era que el golpe de gracia a este desastroso 2016 fuese a llegar de la mano de una de las cintas más esperadas de los últimos años.
Queridos amigos, vamos a evitar irnos por las ramas o ponernos dignos. La realidad es que Assassin´s Creed, el filme llamado a traer el equilibrio a la fuerza y a salvar el género de las adaptaciones cinematográficas de videojuegos, es un auténtico horror. Tras mucho tiempo tachando días en nuestro calendario, Michael Fassbender y Marion Cotillard se plantaban en nuestras salas con Assassin´s Creed. La adaptación del famoso videojuego tenía todos los ingredientes para marcar un antes y un después en las películas de este género, pero nada más lejos de la realidad…
Gracias a una tecnología revolucionaria que permite el acceso a los recuerdos genéticos, Callum Lynch (Michael Fassbender) revive las aventuras de Aguilar, un antepasado suyo que vivió en la España del siglo XV. Así descubre que es descendiente de una misteriosa organización secreta, los Asesinos, y que posee las habilidades y los conocimientos necesarios para enfrentarse a la poderosa y temible organización de los Templarios en la época actual.
Tras marcarse un trabajo tan perturbardor como Macbeth con la misma pareja de protagonistas, Justin Kurzel comete el error de querer ser fiel al videojuego hasta niveles inaceptables para el cine. Así, la consecuencia directa es que el libreto se difumina entre escenas de acción más adecuadas para mandos de consola que para un filme. Como pollo sin cabeza se avanza un trabajo creativamente osado, pero profundamente desacertado. A duras penas consigue alcanzar el mero entretenimiento esta triste versión de tan emblemático videojuego. Una lástima…
Héctor Fernández Cachón