Parece que a los espectadores americanos les ha parecido demasiado. Después del episodio de apertura de la séptima temporada, la exitosa ficción zombi de la AMC empezaba a soportar un aluvión de críticas. Al parecer, muchos espectadores americanos consideraron inaceptable el nivel de violencia mostrado en The Walking Dead, hasta tal punto que varias asociaciones denunciaban los contenidos en cuestión.
Realmente, hacer una serie sobre el apocalipsis zombi y la deconstrucción del ser humano se antoja tarea complicada si se prescinde de elevados grados de violencia. Además, la crueldad imperante en el mundo de Rick y compañía no se puede entender de otra forma. Sin embargo, las presiones han obligado a que los próximos capítulos que comenzaremos a ver el próximo 12 de febrero rebajen su nivel de violencia.
Pudimos revisar el feedback sobre los niveles de violencia. Hemos bajado el tono en los episodios del resto de la temporada en los que aún estamos trabajando”. Con estas palabras pronunciadas durante un panel en la conferencia NATPE, Gale Ann Hurd confirmaba este extremo. De este modo, la productora ejecutiva de la serie lograba contentar a los fans más escandalizados, pero también levantaba las críticas de millones de seguidores encantados con lo visto hasta ahora.