Nos cuesta mucho ser imparciales en lo referido al reboot de Cazafantasmas. Cierto es que somos muy fans de las cintas originales, pero el purismo o la nostalgia no tienen nada que ver en el hecho de que consideremos que Cazafantasmas fue la peor película del año pasado. Era la cinta más odiada del planeta incluso antes de su estreno, pero nosotros teníamos grandes esperanzas en ella. Paul Feig apostaba por un reparto renovado y compuesto íntegramente por actrices. Lo cierto es que pocos directores hay en el mundo con semejante capacidad para construir comedias ágiles. El director de “La Boda de mi mejor amiga” o “Espías” se ganaba una oportunidad, como también ese sensacional reparto formado por Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Leslie Jones y Kate McKinnon. ¿El resultado? A nuestro juicio, desastroso
El reboot de Cazafantasmas estaban tan empeñados en lograr divertir a todo el mundo que se olvidaban de buscar su propia personalidad. Es probable que jamás en la historia del cine hayamos visto semejante cantidad de bromas fallidas en una película. Casi podíamos contar cuatro gags ridículos y sin gracia por cada minuto. No había ingenio en sus lineas de guión, como tampoco en sus personajes o en su trama. Absolutamente decepcionante.
Por si eso no fuese suficiente, los 229 millones de dólares recaudados por una película cuyo coste ascendía a 145 millones (más otros 60 de promoción) se antojaba una balance demasiado pobre que, sin embargo, no ha servido para disuadir a sus responsables de lanzarse con una segunda entrega. Y es que, tal y como el director acaba de confirmar, la secuela de Cazafantasmas ya está en pleno desarrollo con vistas a un estreno previsto para el año 2018. Tendremos que darle una nueva oportunidad, pero lo cierto es que la idea se nos antoja más que prescindible.