Ni más ni menos que casi 200 millones de dólares son los que Luc Besson ha visto en sus manos. El sensacional director decidía lanzarse de lleno con Valerian y la ciudad de los mil planetas, la adaptación cinematográfica de las famosas viñetas creadas por Pierre Christin y Jean Claude Mézières. Una inversión a la altura de lo que el proyecto pedía, pero que empieza a parecer demasiado arriesgada en función de la pobre recepción de cada uno de sus tráilers.
A través de una máquina del tiempo, los agentes terrícolas Valerian y Laureline están explorando Syrte, el principal planeta de un sistema de 1000 mundos. Su misión es descubrir si en el futuro los Syrtians representan un peligro para la Tierra. Lo que encuentran es un imperio en ruinas liderado por un grupo de aristócratas decadentes, la población lista para la revolución, y una misteriosa casta de sabios enmascarados que discretamente mueve los hilos de unas fortalezas ocultas. Agitados por los vientos de la historia, los agentes de la Tierra deberán elegir de qué lado están.
EuropaCorp produce un filme que empieza a generar miedo. El hecho de apostar por una dotación económica comparable a la que va a lucir Transformers: El último caballero o La Liga de la Justicia suena bastante arriesgado. De hecho, todo apunta a que se convertirá en la mayor inversión económica del año. Cara Delevingne, Dane DeHaan, Clive Owen, Ethan Hawke, John Goodman, Rihanna y Rutger Hauer protagonizan una película que llegará a nuestras pantallas el próximo verano y que ya le está haciendo temblar las piernas a sus responsables.