Nota: 8
Esto de “molar” no es tarea sencilla. Dejando a un lado la acepción relativa a la muela, la Real Academia entiende el término como “Gustar, resultar agradable o estupendo”. Para lograr reunir esos términos en una misma figura, lo que se antoja imprescindible es abordar la existencia de un modo firme, libre y cargado de un estilo personal. Confianza es otro de los ingredientes necesarios para lograr alcanzar la máxima expresión de “molar”. Todo eso lo tenía aquel personaje llamado John Wick que conocíamos hace unos años. Por aquel entonces, se nos antojaba casi imposible que las anunciadas secuelas de la cinta pudiesen mejorar la desenfadada propuesta de la primera entrega, pero eso era porque todavía no habíamos visto John Wick: Pacto de Sangre.
Por difícil que parezca, ya podéis apuntar el título de la película de Keanu Reeves dentro de esa corta lista de obras que superan a su antecesora. Y es que estamos ante una de las mejores cintas de acción del nuevo milenio. A esa maravillosa locura desatada en el filme original, John Wick: Pacto de sangre añade una maravillosa eliminación de cualquier tipo de complejo. La cinta se conoce a si misma. Sabe que el mundo que plantea está construido para el mero disfrute. De hecho, sabe que el camino para tomarse realmente en serio es el de no tomarse en serio. Así, casi podríamos decir que esta secuela suelta a John Wick por su metraje para demuestre lo que significa “molar”.
Sorprende que John Wick: Pacto de sangre sea mucho más de lo que podría ser. La cinta opera totalmente por encima de lo que parecían unas posibilidades limitadas, pero que se han revelado infinitas. Nuevas situaciones cargadas de originalidad y una puesta en escena brillante y estilosa confirman que estamos ante una de las grandes sagas de acción de la historia del cine. Encima se confirma la resurrección de un Keanu Reeves que se ha dado cuenta de cuales son sus verdaderas virtudes y que ha empezado a explotarlas a lo grande.
Ya sabíamos que había nacido una estrella con la primera película, pero ahora ha nacido una leyenda que responde al nombre de John Wick.
Héctor Fernández Cachón