Sorprende que una película con resultados tan discretos en suelo americano esté logrando semejante barbaridad de recaudación. Después de firmar el mejor estreno de la historia del cine con un total de 532 millones logrados alrededor de todo el mundo en el fin de semana de su estreno, Fast & Furious 8 continúa su triunfal carrera por las taquillas del planeta. Lejos de desinflarse, la cinta ha sumado casi otros 400 millones de dólares, lo que deja al filme a las puertas de los 1.000 millones tras sólo 10 días en taquilla. Para hacerse una idea de la barbaridad que esto significa, basta con apuntar que un fenómeno cinematográfico como ha sido el de La Bella y la Bestia está a punto de terminar su vida comercial con poco más de 1.100 millones totales.
Una cifra se ha convertido en la gran obsesión de Fast & Furious 8. Hablamos de los 1,516 millones con los que su antecesora hacía saltar la banca y se convertía en la sexta película más taquillera de la historia. A día de hoy, la posibilidad de superar lo que parecía un imposible se antoja bastante cercana. Todo ello a pesar de que el filme “sólo” ha conseguido hacerse con 163 millones en Estados Unidos, un 18 % del total.
Con Dom y Letty de luna de miel, Brian y Mia fuera del juego y el resto de la pandilla exonerada de todo cargo, el equipo está instalado en una vida aparentemente normal. Pero cuando una misteriosa mujer (Theron) seduce a Dom (Diesel) para regresar nuevamente al mundo del crimen, se ve incapaz de rechazar la oportunidad, traicionando así a todo el mundo cercano a él. A partir de ese momento todos se enfrentarán a pruebas como nunca antes habían tenido. Desde las costas de Cuba y las calles de Nueva York hasta las llanuras del mar de Barents en el océano Ártico, nuestra fuerza de élite recorrerá el globo para impedir que un anarquista desencadene el caos en el mundo… y por supuesto para traer de vuelta a casa al hombre que les hizo una familia.