Un misterioso personaje, que se hace llamar El Profesor, planea el mayor de los atracos jamás contado. Para llevar a cabo el ambicioso plan recluta a una banda formada por personas con ciertas cualidades y algo en común: no tienen nada que perder. El objetivo es atracar la Fábrica de la Modena y Timbre con la intención de quedarse encerrados dentro con una misión muy concreta: no robar dinero, sino crearlo. Tras cinco meses de reclusión memorizando cada paso, cada detalle, cada probabilidad, por fin llega el día: les esperan once días de encierro en la Fábrica de Moneda, rodeados de los cuerpos de élite de la policía y con 67 rehenes en su poder para saber si saldrán vencedores de su apuesta.
Con ese argumento y tras una intensa campaña promocional, la noche del pasado martes se convertía en el momento elegido para la puesta de largo de La casa de papel. Antena 3 se marcaba una arriesgada propuesta con un thriller de atracos que, pese a la llamada al boicot en redes sociales, lograba el mejor estreno de una serie en la parrilla española desde hace más de dos años. Ni más ni menos que un 25,1% del share y la friolera de 4,09 millones de espectadores apostaban por una ficción que parece haber dado con el gusto del público.
En las próximas semanas será el momento de comprobar si las buenas sensaciones de su arranque se confirman. En cualquier caso, todo apunta a que la serie de Úrsula Corberó, Álvaro Morte, Paco Tous, Alba Flores y Miguel Herrán tiene un futuro prometedor.