Esperemos que Jack Sparrow le ayude a levantar cabeza, porque el pobre lleva una racha horrible. Tras décadas siendo uno de los actores más queridos y exitosos de la industria, parece que a Johnny Depp no le sale una a derechas. Alcoholismo, depresión, divorcio polémico, acusaciones de malos tratos, fracasos en pantalla y, últimamente, una ruina económica más que sorprendente. A pesar de las cantidades ingentes cobradas por cine y publicidad, el dinero se va de las manos de Depp con la misma velocidad con la que llega. Algo que le ha provocado el verse con deudas hasta el cuello y en una disputa con The Managent Group, la asesoría con la que trabajaba desde hace años.
Meses atrás, la denuncia del grupo llegaba a los medios de comunicación. Automáticamente, Johnny Depp replicaba con un comunicado en el que se podían leer cosas como “Es mi dinero. Si quiero comprar 15.000 bolas de algodón al día, es cosa mía”. Sin embargo, lejos de frenarse, la polémica, The Managent Group ha recrudecido la batalla.
“La querella de 45 folios de Depp contra TMG, la cual está repleta de alegaciones falsas y fraudulentas demostrables, se archivó sólo para impedir la ejecución hipotecaria no judicial de sus propiedades, y es sólo otro ejemplo del patrón de mentiras y engaños habituales de Depp, diseñados para alejar las responsabilidades de sus actos. Los gastos extravagantes de Depp han estado a menudo marcados por una ausencia de control de sus impulsos. En retrospectiva,parece que Depp pudiera sufrir de algún tipo de desorden de gastos compulsivos, lo cual se puede probar en este acto con un examen mental y un testimonio de un experto. En base a informaciones y creencias, las flagrantes fanfarronerías que Depp hizo sobre sus gastos extremos y sin conocimiento en el Wall Street Journal es una clara evidencia de sus problemas psicológicos”.
Visto lo visto, todo apunta a que las cosas pintan feas para un Johnny Depp al que empiezan a salirle caros sus años de excesos.