Muy atentos, porque el primer gran fracaso económico del año podría terminar convirtiéndose en uno de los batacazos más descomunales de la historia del cine. Pese a que teníamos muchas ganas de descubrir lo que Guy Ritchie nos había preparado con Rey Arturo: La leyenda de Excalibur, parece que, en esta ocasión, la particular visión que suele dar a sus películas el director británico ha resultado un completo caos.
El pasado viernes aterrizaba en las carteleras americanas una de las cintas más esperadas del año, pero los días anteriores al estreno la cosa se ponía fea. Las valoraciones de la crítica no podían ser peores, llevándose palos por todas partes. Así, el filme se plantaba en los cines con la firme intención de rentabilizar los 175 millones invertidos en la producción y los casi 70 de publicidad y promoción. ¿El resultado? Pues unos desastrosos 14,7 millones logrados durante su primer fin de semana en Estados Unidos.
Pero ahí no acaban las malas noticias, ya que Rey Arturo: La leyenda de Excalibur también aterrizaba en muchos de los mercados más importantes del mundo, logrando unos pobres 29,1 millones para un total de 43,8. Mal pinta la cosa para una película que, a día de hoy, no tiene pinta ni de que vaya a recuperar la mitad de lo invertido.