Todo el mundo coincide en que Adam Driver es un encanto, pero cuando se pone a trabajar nos encontramos con uno de esos tipos capaces de hacer cualquier cosa en beneficio del personaje. Como no podía ser de otra forma, su Kylo Ren de la nueva trilogía de Star Wars está cargado de odio, rencor y oscuridad, lo que el actor ha trasladado a set de rodaje con singular resultado.
“Yo recuerdo que le dije a Adam: «No sé cómo es tu forma de trabajar o cuál es tu técnica. Pero, en algún momento, tú fuiste mi sobrino. Probablemente te tuve sentado en mis rodillas cuando eras pequeño. Existe ese lado, aunque ahora los dos estemos distanciados de la familia Skywalker. Solo estoy sugiriendo, si tú quisieras, tal vez podríamos ir a comer a algún sitio, podríamos estar juntos y pasarlo bien». Pero rechazó mi oferta.”, apuntaba un Mark Hamill a medio camino entre divertido y sorprendido por el extraño comportamiento de Driver en rodaje. Al parecer, el actor no quiere estrechar lazos con figuras a las que debe odiar su personaje. Así lo confesaba en palabras a Vanity Fair.
Pero nuestro adorado Luke Skywalker no ha sido el único en apuntar a la figura del atribulado Adam Driver en rodaje y al humor con el que se lo toma el resto del equipo. John Boyega también tenía tiempo de bromear al respecto: “Le doy abrazos a Adam aleatoriamente, sin ninguna razón. Y él se queda ahí, quieto, esperando a que pare”.
Pese a que pueda parecer un tipo complicado, la realidad es que Driver es un tipo divertido y amable lejos de su metódico trabajo interpretativo. Conviene matizarlo.