Hubo un tiempo en el que nuestras ilusiones estaban disparadas. Era verano de 2015 cuando la noticia de que Neill Blomkamp se encontraba en pleno desarrollo de Alien 5 nos sorprendía a todos. El genial director de Distrito 9 había realizado un importante trabajo en cuanto a elaboración de la historia y a diseño de Alien 5, lo que presentaba ante Fox. La major no tardaba en dar luz verde al proyecto. La intención del director era empalmar directamente con Aliens: El regreso y hacer como que la cuarta y quinta entrega de la saga nunca habían llegado a realizarse. Sigourney Weaver ya estaba a bordo, pero todo se iba al garete de repente.
Ridley Scott, el padre de la criatura, decidía que el proyecto debía terminar. El director había decidido llamarle Alien: Covenant a la secuela de Prometheus, por lo que cualquier otro filme con “alien” en su título se convertía en un estorbo. Así nos quedábamos sin un proyecto que a estado a punto de resucitar varias veces, pero que ha quedado cancelado definitivamente.
A día de hoy, lo cierto es que no podemos ocultar que Alien: Covenant está bastante bien y que supera con creces a su predecesora, pero no la hemos cogido con entusiasmo. El público quería ese Alien 5 crepúscular en el que una madurita Ellen Ripley volviese a deleitarnos. Sigourney Weaver y su despedida del mundo xenomorfo era lo más. Encima, lo que Neill Blompkamp estaba preparando molaba mucho. Razones suficientes para no haber perdonado a Ridley Scott.
La taquilla de Alien: Covenant ha sido un auténtico desastre. El público ha decidido gritarle a la cara a Ridley Scott que no gusta el camino que está siguiendo. Ese empeño suyo por filmar nuevas secuelas se antoja un exceso. Preferimos verle en filmes como Marte y que deje a Neill Blomkamp, un fan de Alien como nosotros, darle al xenomorfo la rúbrica cinematográfica que tanto se merece.