Cuando empiezas tu carrera con dos películas del calibre de Las vírgenes Suicidas y Lost in Translation, el talento es innegable, pero también te metes en un buen lío. Superado el odio del gran público tras su infame trabajo interpretativo en El Padrino III, Sofía Coppola decidía comenzar a demostrar su inconmensurable talento con dos películas descomunales. El problema es que, tras alcanzar la cumbre en 2003, ninguno de sus siguientes filmes alcanzaba ni remotamente la altura de los apuntados filmes.
Ahora, casi quince años después de nuestro paseo por Tokio en compañía de Bill Murray y Scarlett Johansson, la hija del gran Francis Ford Coppola acaba de firmar su mejor película en muchísimo tiempo.
La tranquilidad de una escuela femenina se ve alterada con la llegada de un apuesto soldado confederado herido en la Virginia de 1864. El argumento es de sobra conocido, ya que se trata de una adaptación de la novela de Thomas Cullinan La Seducción. De hecho, seguro que muchos recordaréis la versión filmada en 1964 por Don Siegel y protagonizada por clint Eastwood. En cualquier caso, lo que nos importa es que el pasado Festival de Cannes se convertía en el lugar elegido por la directora para presentar una cinta que conseguía el aplauso de la inmensa mayoría de los presentes.
Collin Farrell, Elle Fanning, Nicole Kidman y Kristen Dunst se ponen a las órdenes de una Sofía Coppola a la que llevábamos mucho tiempo esperando y a la que damos la bienvenida de nuevo. Grandes noticias para cualquier cinéfilo.