Puede que os suene raro, pero la cosa podría tener mucha más base de la que imaginamos. El próximo 15 de diciembre llegará a las pantallas de todo el mundo Star Wars: Los últimos Jedi. Al igual que su predecesora, la segunda entrega de la nueva trilogía está llamada a hacer saltar por los aires las taquillas, pero también tiene la firme intención de dar un paso de calidad después de que J.J. Abrams lograse una base sólida con la que trabajar en el anterior filme.
Star Wars quiere premios. De hecho, el propio J.J. Abrams está convencido de que el galardón al Mejor Actor ya tiene nombre y apellidos. “Todos nos enfadaremos mucho si Mark Hamill no se lleva el Oscar, especialmente él. Es rabiosamente divertido y puede hacer cualquier cosa. Es un tipo alucinante”. Así de contundente se mostraba el director de Star Wars: El despertar de la Fuerza durante la entrega de los Premios Oscar Wilde. Según parece, Abrams ya habría visto el trabajo de Hamill y estaría absolutamente emocionado con su labor.
Ciertamente, no se puede negar que la evolución interpretativa de Mark Hamill a lo largo de estos años ha sido asombrosa. Pese a no ser recordado por sus virtudes interpretativas en la trilogía original, lo cierto es que aquel joven ha mutado en un actor imponente que podría darnos una feliz sorpresa en la próxima gala de los Oscar. Ojalá sera cierto.