Se acabó Jack Sparrow. Tras cinco películas y miles de millones de dólares amasados en las carteleras de todo el planeta, parece que las andaduras de los Piratas del Caribe por las pantallas han llegado a su fin. La quinta y última entrega de la saga ha mostrado de forma más patente que nunca lo que se venía apreciando desde hace años: la cosa no da para mucho más. Con una fórmula cansina y con claras muestras de agotamiento, Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar se convierte en el cierre de uno de los grandes valores de Disney.
Pese a la ya apuntada decadencia en lo que a originalidad se refiere, el elemento determinante para tomar la decisión de terminar con la saga de Piratas del Caribe ha llegado directamente de las reacciones de los espectadores. Con una recaudación total inferior a los 720 millones de dólares, la cinta ha conseguido volver a ser rentable, pero se quedaba más de 300 millones de dólares por debajo de los 1.045 millones logrados por la anterior entrega. De hecho, se trata de los datos más bajos de la saga y se volvía a la recaudación de una primera entrega que todavía carecía del valor de la marca.
Así las cosas, en Disney han tomado la determinación de terminar con cualquier posibilidad de continuación ante lo peligroso de la clara tendencia mostrada por Piratas del Caribe: La venganza de Salazar.
Es lógico, exprimen el Limon hasta que no queda Jugo. Aun así, ha sido una saga con grandes momentos.