Si escuchamos que una película ha recaudado más de 550 millones lo normal es que pensemos que se trata de un exitazo descomunal. Esa es la cifra amasada por Transformers: El último caballero. Cuando su vida comercial se acerca al final, lo cierto es que la quinta entrega de la saga de Michael Bay no tiene perspectivas de irse más allá de los 600 millones de dólares. Ya lleva varias semanas de exhibición en los mercados principales de todo el planeta y, pese a que todavía no ha llegado a España, lo cierto es que poco recorrido le queda.
¿Cuál es el problema de Transformers: El último caballero? La realidad es que la cinta va a hacer la peor taquilla de toda la saga y casi la mitad de recaudación que su anterior entrega. Si a eso le añadimos el hecho de que se trata de la cinta más cara de todas, los problemas se multiplican. Limitándonos sólo a producción, la película se gastaba la friolera de 220 millones de dólares. A eso había que añadirle otros 115 en distribución y publicidad, lo que se traduce en una cifra muy cercana a los 350 millones de gastos directos. Además, en Paramount se esperaba volver a superar los 1.000 millones de dólares, por lo que la decepción es mayúscula.
Ni los 230 millones aportados por el mercado chino han sido suficientes para salvar un filme en el que Michael Bay parece haber perdido cualquier tipo de capacidad de sorpresa. Los Transformers han perdido su gracia a base de repetir la fórmula, por lo que solo una millonada de ingresos en merchandising podrían eliminar las dudas del seno de Paramount, donde ya se debate sobre la conveniencia de continuar con la saga.