Hay gente con la que se rompe el molde. No son demasiados casos, pero seguro que uno de ellos era el de Sam Shepard. No era normal que un único cuerpo humano pudiese atesorar tanto talento, pero la realidad es que el suyo lo contenía a raudales.
Sam Shepard a muerto en su casa de Kentucky. A los 73 años de edad, el actor no ha sido capaz de seguir combatiendo el ELA que le había provocado una rápida degeneración. Actor, director, guionista, dramaturgo, músico, compositor… Sam Shepard era una fuerza de la naturaleza más que otra cosa.
No es normal que un tipo pueda estar nominado al Oscar (Elegidos para la gloria), que componga canciones junto a Bob Dylan, que aspire a un premio Tony, que llene Broadway con sus obras y que gane el Premio Pulitzer (Buried Child). Evidentemente, no había rama del arte que se le resistiese a un tipo capaz de destacar en cada una de ellas. Hoy se hace difícil despedirse de una persona que dejó un mundo mejor que el que se encontró a su llegada. Hasta siempre, querido Sam.