Tom Holland y Marvel. Esa es la nueva fórmula para que Peter Parker arrase taquillas. Al parecer, el público no quedaba muy satisfecho con la propuesta de Marc Webb y aquel reboot titulado “The Amazing Spider-Man” (2012). Tampoco su secuela lograba las simpatías deseadas con “The Amazing Spoder-Man 2: El poder de Electro”. Una lástima, porque pocas películas de superhéroes he disfrutado tanto como las dos cintas de este último Spider-Man.
Después de que la trilogía de Sam Raimi, allá por 2012 Marc Webb apostaba por un reinicio de la saga. El hombre araña se llevaba un auténtico lavado de cara. Protagonistas, villanos, tono… Todo era distinto en “The Amazing Spider-Man”, pero para muchos no resultó suficiente. Un espectador aturdido por el giro al mundo de los superhéroes que nos ofrecía Christopher Nolan con su Batman no terminaba de encajar al celebre Spider-Man en su nueva película.
Lo que todo el mundo esperaba como un “Spider-Man Begins”, poco tenía que ver con la oscuridad del hombre murciélago, pero es que Peter Parker y Bruce Wayne tienen poco en común más allá de su orfandad. Marvel siempre ha apostado por un tono más blanco. Sus personajes distan mucho de la profundidad propia de los tipos de DC Comics. Tanto “Los Vengadores” como “Guardianes de la Galaxia” son claros ejemplos de por donde van los tiros. Una pena que Andrew Garfield y su sensacional interpretación no fuesen más respetados.
Sea como fuere, el nuevo Spider-Man de Andrew Garfield se convertía en todo lo que se esperaba del célebre personaje de Marvel. Peter Parker empezaba a hacer todo lo que un adolescente se plantearía de tener tan extraordinarios poderes: divertirse. Frente a ello, poco más que la responsabilidad y ciertos pesos o traumas propios de la edad. La gestión de todo ello en un contexto único llega en “The Amazing Spider-Man 2: El Poder de Electro” a la poderosa altura que siempre esperamos de nuestro querido hombre araña. La cinta no terminaba de seducir, pero ya comenzaba a levantar aplausos entre la crítica y parte del público. Nosotros nos sumamos a ese aplauso y agradecemos la frescura de la cinta construida por Marc Webb. Aventuras, diversión, suspense, lírica y humor para la sensacional película, con nuestro aplauso especial para la última media hora del filme.
Al final, nada se puede hacer. El “Spider-Man” de Marc Webb ha muerto sin que podamos disfrutar de la tercera entrega y sin cerrar las tramas que tanto interés habían logrado despertarnos. Al menos siempre nos quedará esa última secuencia de “The Amazing Spider-Man 2: El Poder de Electro”. Probablemente, el mejor momento de todos los que nos ha dado Spidey en pantalla.