El poder de seducción de los vampiros es incuestionable. Desde el Dracula clásico, hasta los paliduchos de Crepúsculo, la realidad es que cada vez que un par de colmillos ávidos de sangre se presentan ante el gran público, el éxito está casi garantizado. El último precedente lo encontramos en la televisiva True Blood. La ficción resultaba un auténtico exitazo que Midnight, Texas ha tratado de repetir sin mucho éxito.
Midnight, Texas sigue a un médium que se encuentra en un pueblo remoto de Texas donde tu vecino puede ser un vampiro, una bruja, un hombre lobo o incluso un ángel. Así, Syfy nos traía una de las producciones televisivas más esperadas del año, pero que nos dejaba realmente fríos. La serie se desangra por todos sus flancos, incapaz de conectar con el espectador ante tamaña falta de interés. No hay rumbo en una serie realmente decepcionante y difícil de salvar en alguno de sus aspectos. Nada funciona en una serie demasiado atropellada como para encandilarnos.
A día de hoy, se nos antoja complicada la supervivencia de Midnight, Texas en la parrilla televisiva. En cualquier caso, nunca hay que descartar una sorprendente reacción del gran público.