El pacífico reino de Azeroth está a punto de entrar en guerra para enfrentarse a unos terribles invasores: orcos guerreros que han dejado su destruido mundo para colonizar otro. Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a la extinción. Dos héroes, uno en cada bando, están a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiará el destino de su familia, su pueblo y su hogar. Así empieza una espectacular saga de poder y sacrificio donde se descubren las numerosas caras de la guerra y donde cada uno lucha por lo suyo.
Este era el argumento con el que Warcraft: El origen se plantaba en los cines de todo el planeta hace poco más de un año. La adaptación del popular videojuego homónimo se quedaba lejos de las expectativas despertadas, tanto en lo creativo como en lo económico. De hecho, el filme resultaba un auténtico desastre en la mayoría de mercados del mundo. Cualquier posibilidad de continuación de la trilogía inicialmente prevista habría sido cortada de cuajo de no ser por una asombrosa recaudación en suelo chino que ayudaba incluso a ofrecer unos muy leves beneficios.
Mucho se ha hablado de las posibles secuelas del filme a lo largo de estos últimos meses, pero lo cierto es que la idea parece haberse descartado finalmente. Pese a que todavía se mantiene alguna opción de un regreso tras años de descanso, lo que está claro es que Universal y Legendary no están dispuestas a correr un riesgo más que evidente. Una pena…