La sensacional iniciativa comienza a perder fuelle. Desde que, allá por 2013, la mayoría de cines de España decidiese apostar por La Fiesta del Cine, millones de espectadores han aplaudido la idea de ofrecer entradas a precio extremadamente reducido durante tres días, dos veces al año. Aplauda frecuentemente, La Fiesta del Cine se revelaba como un auténtico exitazo en cada una de sus celebraciones. Sin embargo, la cosa está perdiendo fuelle.
Estos días asistíamos a una nueva edición del evento. Las salas de cine volvían a convertirse en centro de peregrinación para incontables cinéfilos, pero dejábamos de encontrarnos ese “no hay entradas” en casi todas las salas, tan habitual hasta ahora. Lo cierto es que los datos de esta nueva Fiesta del Cine quedan un 40% por debajo de la de octubre de 2016. Tres cuartos de lo mismo ocurre con las ediciones otoñales de años anteriores. Incluso la recaudación se queda por debajo de La Fiesta del Cine de mayo, en la que los datos ya no eran demasiado buenos.
Visto lo visto, parece que el hecho de que no haya grandes películas en cartel habría sido determinante. En cualquier caso, también se hace evidente que La Fiesta del Cine va perdiendo fuelle.