Carismático, gamberro, seductor, talentoso… Robert Downey Jr. es una de esas personas con las que se rompió el molde. Actor, cantante y compositor, la vida de Downey daría para varios tomos. Nacido en el seno de una familia de artistas (es hijo del cineasta independiente Robert Downey Sr. y de la actriz y cantante Elsie Ford), la carrera del joven pronto se encaminó al mundo de la interpretación, ya que en 1982, con solo 17 años el joven neoyorquino abandonaba la educación secundaria para centrarse enteramente en el mundo del cine.
Con más de 60 películas a sus espaldas, la carrera de Downey ha pasado por más de un altibajo. Su caótica vida privada y sus innumerables adicciones frenarían en más de una ocasión su meteórica carrera. Con solo 15 años ingresaba por primera vez en un centro de rehabilitación, lo que se terminaría por convertir en una constante durante muchos años. Adicto al crack, a la heroína, marihuana, cocaína, anfetaminas, LSD y alcohol, el intérprete pasaría de estar nominado al Oscar por su papel en Chaplin (Richard Attenborough, 1992) a pronunciar estás famosa palabras delante del juez al que le explicaba su adicción a las drogas: “es como tener un arma cargada, en la boca y el dedo en el gatillo, sabes que en cualquier momento se va a disparar pero te gusta el sabor del metal del arma”.
Lejos del hombre centrado, carismático y adorado por público y crítica que es hoy, Downey ha sido un auténtico desastre en su vida privada hasta hace escasos diez años. El magnífico actor fue durante más de veinte años adicto a todo lo que podía serlo. Sucesivas detenciones e incluso incidentes que pusieron en peligro su vida acabaron por llevarle a la cárcel durante varios meses. Tras varias entradas y salidas de centros de rehabilitación, el actor dio un giro en su carrera en 2002 y ahora es un tipo centrado.
Con la llegada del nuevo milenio llegaría un nuevo Robert Downey Jr. Definitivamente rehabilitado y con una ordenada vida personal, su incomparable talento tomaría el control para llevar al intérprete al lugar que nunca debió abandonar e incluso lanzarle más arriba. Así llegaría su segunda nominación a los Premios de la Academia por Tropic Thunder (Ben Stiller, 2008) y sus papeles en millonaria franquicias como Iron Man o Sherlock Holmes. De este modo, Robert Downey Jr es en la actualidad una de las estrellas más importantes del panorama cinematográfico mundial. Amado por público y crítica, Robert ha vuelto y piensa quedarse para siempre.