El vínculo ha comenzado a romperse. Desde su séptima temporada, los síntomas de agotamiento de The Walking Dead resultan más que preocupantes. Tras aquella primera y traumática aparición de Negan, todo ha ido a peor. Y es que los datos de audiencia de la serie comenzaban a bajar a consecuencia de una temporada francamente pobre. Con el comienzo de esta octava temporada las perspectivas mejoraban considerablemente, pero estas no se han visto reflejadas en la realidad.
Si la cosa ya se ponía fea con el primer episodio, lo del segundo ha sido un absoluto desastre. Los 8,92 de espectadores que se sentaron ante las pantallas para el 8×02 marcaban el peor dato de audiencia desde la segunda temporada. Esto significa que, desde los tiempos de la granja, The Walking Dead nunca había cosechado datos de audiencia tan bajos.
¿Cuál es la diferencia? Pues que, por aquellos días, la serie iba en una descomunal tendencia ascendente. Sin embargo, esta ambiciosa octava temporada refleja un agotamiento más que preocupante. Una pena, ya que la serie ha vuelto a recobrar el tono trepidante que recordábamos.