Los límites del humor son algo difícil de definir. Muchos son los cómicos que se la juegan con bromas políticamente incorrectas o con humor negro de gran calibre. El problema es que el público no siempre encaja semejantes alardes. Si no, que le pregunten a nuestro queridísimo Larry David, que todavía sigue escuchando improperios a santo de su monólogo inaugural en Saturday Night Live.
“Los casos de acoso sexual tienen un punto en común: la mayoría de los acusados son judíos”. Efectivamente, el bueno de Larry David entraba a lo bestia con los casos de acoso en Hollywood. Sin embargo, los mayores problemas llegarían a la hora de lanzarse con el holocausto: “Siempre he estado obsesionado con las mujeres, y a veces me pregunto esto: si hubiera crecido en Polonia cuando Hitler ascendió al poder y me hubieran mandado a un campo de concentración, ¿habría seguido intentando ligar en el campo? Lo peor es que aquí hay pocas frases buenas para entrarle a las tías: ‘Nena, si salimos vivos de aquí, te llevo a comer latkes ”.
Pese a que Larry David es judío y a que parece que es de esos temas sobre los que sólo puede bromear un judío, lo cierto es que la tormenta de críticas no se hacía esperar. ¿Te parece para tanto?