La verdad es que a cualquiera nos costaría reconocerlo por la calle. Russell Crowe es uno de nuestros actores más idolatrados. El intérprete australiano es capaz de dejarnos boquiabiertos con cada uno de sus papeles, lo que le ha llevado a tener un Oscar en sus estanterías, el amor incondicional del público y el respeto más profundo dentro de la industria. Lo que pasa es que todo esto pasa a un segundo plano cuando el mundo se encuentra ante la oportunidad de tomarla contra una estrella que descuida sus aires de celebridad.
Efectivamente, el aspecto de nuestro queridísimo Russell Crowe dista mucho de lo que estamos acostumbrados a ver. Cierto es que la musculatura de Gladiator no fue algo que le acompañase más allá del filme de Ridley Scott, pero siempre había mostrado una atractiva imagen. Ahora, su evidente sobrepeso y esa cabeza rapada le están costando que muchos sectores de la prensa y las redes sociales se ceben con él.
Parece que no se puede tener ni unos días de relax cuando eres una gran estrella del cine. El que no se haya dejado un poco en alguna temporada que tire la primera piedra…