Hablar de Fast & Furious 7 es, a día de hoy, hablar de uno de los mayores éxitos de la historia del cine. La cinta se ha convertía en todo un éxito, pero lo cierto es que el rodaje tuvo que enfrentarse a un durísimo golpe que estuvo cerca de acabar con el proyecto. La muerte de Paul Walker en noviembre de 2013 obligaba a detener un rodaje que ya llevaba semanas de desarrollo. Ante esto, James Wan y su equipo se vieron obligados a reescribir el guión y adaptarlo a la nueva situación, siendo el final de la cinta uno de los elementos que se verían más afectados.
Como todos podíamos ver en las salas, “Fast & Furious 7” terminaba con una emotiva despedida entre Paul Walker y Dom Toretto (Vin Diesel), convirtiendo esa última secuencia en uno de los grandes momentos de la cinta. Este magnífico instante no estaba previsto en el guión inicial. La idea era que Walker terminase la película uniéndose a la familia de Toretto con la clara intención de continuar en la saga, pero las circunstancias obligaron a un cambio drástico.
“El final original de Furious 7 iba a convertirse en uno de los mejores momentos a los que la franquicia podía llegar. Pero cuando ocurrió la tragedia, todo se volvió irrelevante. Todo lo que estaba pensado ya no importaba. El estudio estuvo de acuerdo y se dio cuenta de lo importante que era terminar la película como un tributo a Paul Walker.”, afirmaba el propio James Wan. Sea como fuere, pocos dudan ya de que el final de “Fast & Furious 7” es el mejor momento de la exitosa saga.