- Manchester frente al mar:Retrato del dolor y crónica de la vida cuando se rompe. Lee Chandler (Casey Affleck) es un solitario encargado de mantenimiento de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo. De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le llevó a separarse de su esposa Randi (Michelle Williams) y de la comunidad en la que nació y creció. Lo que pasa es que la carga que este tipo lleva a sus espaldas es mucho más pesada que cualquiera que podríamos imaginar…
- La guerra del planeta de los simios:Esperábamos mucho del cierre de la trilogía del Planeta de los Simios, pero no nos decepcionaba. César y sus monos son forzados a encarar un conflicto mortal contra un ejército de humanos liderado por un brutal coronel. Después de sufrir pérdidas enormes, César lucha con sus instintos más oscuros en una búsqueda por vengar a su especie. Cuando finalmente se encuentren, Cesar y el Coronel protagonizarán una batalla que pondrá en juego el futuro de ambas especies y el del mismo planeta. Brillante.
- Coco: Cocoingresa directa en el Olimpo de las grandes producciones de Pixar. La compañía vuelve a dar en el clavo con una joya de la animación de esas a las que antes facturaban con tanta asiduidad. Estéticamente descomunal, el viaje de Migue a la Tierra de los Muertos tiene una carga emocional que encoje el corazón. Magnífica puesta en escena y encantadora trama para una cinta que nos recuerda por qué nos gusta tanto la animación,
- Moonlight: La vida de un chico negro americano en un entorno complicado parece una historia nacida para caer en los lugares comunes. Rap, pandillas, atracos a licorerías y la falta de oportunidades serían pilares suficientes para facturar un producto resultón. De hecho, si añadimos el tema de la homosexualidad, parece que ya podemos prepararnos para vivir un dramón plagado de momentos descorazonadores. Eso es lo que haría cualquiera que no fuese Barry Jenkins y que no hubiese construido la descomunal maravilla que es Moonlight. Amor romántico, amor maternal, amor altruista y amor tóxico. No hace falta ver, oír, ni tocar para que las emociones se claven como espinas. La sutileza bien gestionada puede golpear mucho más duro que nada.
- La La Land: Si el mundo tiene un escenario ideal para mezclar éxito y fracaso ese es la ciudad de Los Ángeles. Allí, los sueños de los menos se hacen realidad mientras que los de la mayoría se estrellan contra el suelo. No se podría imaginar un mejor contexto para que Emma Stone y Ryan Gosling desplegasen todo su talento y esa química a la que tan acostumbrados nos tienen. Una película con tan arrollador encanto no podría tener mejores exponentes. Sus miradas son el espíritu de La La Land.Estamos ante un fenómeno cinematográfico, pero de esos que se merecen serlo. El qué y el cómo resultan magníficos. Hay rabia, encanto y melancolía de un futuro que no existe y que deseamos con todas nuestras fuerzas.