Hay veces que los comportamientos de los espectadores resultan difíciles de explicar y este 2018 ha comenzado con uno de los casos más extraños de todos. Efectivamente, Jumanji: Bienvenidos a la Jungla ha perdido por el camino topo ápice de encanto. Hay más ruido, efectos especiales a lo bestia y bromas. Sobre el papel, todo esto no tendría que suponer ningún problema, pero el hecho de vivir en lo que parece una constante parodia desvirtúa lo que Jumanji fue para infinidad de espectadores: Este Jumanji no tiene alma, y eso no hay quien lo levante.
Cuatro adolescentes son absorbidos por un videojuego, en el que se convierten en avatares de personajes arquetípicos. Allí vivirán múltiples aventuras, al tiempo que buscan cómo salir de ahí para volver a su mundo. Así se presenta una película protagonizada por Dwayne Johnson, Karen Gillian, Kevin Hart y Jack Black. Buenos ingredientes sobre el papel, pero que no terminan de funcionar… Al menos, sobre el papel.
A día de hoy, después de tres semanas en taquilla, Jumanji: Bienvenidos a la jungla ha conseguido hacerse con el primer puesto de la taquilla americana, desbancando a Star Wars: Los últimos Jedi. El filme está viendo como sus descensos de recaudación resultan casi anecdóticos, hasta el punto de que lleva ya amasados 519 millones de dólares, lo que supone un auténtico exitazo para un proyecto que costaba 90 millones. Encima, la película no da síntomas de agotamiento, por lo que el techo de Jumanji todavía podría estar lejos. Ver para creer.