Fue una de las sorpresas más gratas del pasado año. Pese a que las dos primeras entregas de la saga monográfica no habían resultado demasiado satisfactorias, el Dios del Trueno cerraba su particular trilogía con la brillante Thor: Ragnarok. La cinta de Taika Waititi se convertía en uno de esos proyectos con un gancho especial y venía a poner patas arriba todo lo que habíamos visto de Thor hasta el momento.
Efectivamente, Thor: Ragnarok resultaba una diversión gloriosa, por lo que ya cabía sospechar que las tomas falsas del filme serían igualmente descacharrantes. Sin embargo, la figura de esa fuerza de la naturaleza llamada Taika Waititi es la que acapara la atención absoluta. Genio y figura, este hombre parece nacido para la comedia. De hecho, ahora entendemos la adoración de todo el equipo hacia un tipo que es todo un personaje.