Era lo que tenía que ocurrir. Este fin de semana era el momento elegido por Disney para el estreno de Un pliegue en el tiempo, su nueva superproducción. La adaptación de la obra de Madeleine L’Engle se presentaba como una cinta de ciencia-ficción para toda la familia, pero el resultado creativo no podía ser más desastroso. Una auténtica infamia cinematográfica resultaba la película, lo que también tendrá importantes consecuencias comerciales.
Con un presupuesto de 110 millones de dólares y una inversión en distribución y promoción superior a los 70, el filme necesitaba recaudar muchísimo más que los 39 millones con los que ha debutado en todo el planeta. Lo peor es que el boca-oreja no irá tampoco en su favor. Más de 100 millones podrían perderse por el camino…
Tras la desaparición de su padre, un científico, tres seres peculiares envían a la joven Meg, a su hermano Charles y a su amigo Calvin al espacio, para intentar encontrarlo.