Había esperanzas de que hubiese un futuro para Pacific Rim, pero no parece que vaya a ser el caso. Hace unos años, Guillermo del Toro se sacaba de la manga una ambiciosa producción que, si bien no alcanzaba a considerarse un exitazo, lograba unos datos esperanzadores de cara al futuro. 411 millones resulta un botín escaso si has invertido 190. Sin embargo, unidos al aplauso de la crítica y al fervor despertado en quienes le daban una oportunidad, el resultado invitaba al optimismo. Además, los grandes datos en el mercado asiático terminaban por ser el factor final de cara a darle luz verde a la secuela.
Pacific Rim: Insurrección se plantaba en nuestras taquillas sin el reparto de la cinta original y sin Guillermo del Toro al timón del barco. Demasiados riesgos para un filme que no empezaba con todo ganado precisamente. Así, pronto se confirmaba que estábamos ante una cinta carente del alama y el espíritu de la primera entrega. Si por aquellos días nos daban ganas de hacernos un bocadillo de nocilla para disfrutar del espectáculo, ahora todo se ha vuelto un revoltijo sin sentido de Jaegars y Kaijus.
234 millones de dólares ha recaudado una película ya con escaso recorrido. Pobres datos teniendo en cuenta los 150 millones de presupuesto y los 60 (aproximadamente) en distribución y publicidad. Toda posibilidad de continuar con la saga en un futuro parece haber muerto con la taquilla, pero la realidad es que el asunto se fue al garete a consecuencia de un resultado creativo carente de todo tipo de encanto.